Ayer en la sala de espera había un nene con anteojos con
cordón. Se sentó al lado de otro que estaba leyendo una historieta. Mientras
este leía en voz alta silábicamente los globlos de diálogo, el nene de anteojos
con cordón se inclinó a mirar los dibujos.
––No es para los dibujos, son chistes para que la gente se
ría–– dijo el que leía y se apoyó sobre la panza gorda de embarazada de su
madre, abriendo apenas el libro de historietas como para verlo él solo.
––No te entiendo nada.
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